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El término cántabros (en latín: cantăbrī, de cantăber; en griego antiguo: Καντάβροι Kantábroi, cantabrices[1] en idioma local) fue el nombre dado por los romanos [cita requerida] a un conjunto de antiguos pueblos que habitaba en el norte de la península ibérica y cuyo territorio se extendía en tiempos de las guerras cántabras por la práctica totalidad de la comunidad autónoma de Cantabria, el norte de la provincia de Burgos y de Palencia, el noreste de la provincia de León, el este del Principado de Asturias y la parte más occidental de Vizcaya. Tenía por ciudad principal Amaya y eran vecinos de autrigones, turmogos, vacceos y astures.
El estudio de las fuentes clásicas da noticia de la existencia de varias tribus o clanes, como pueden ser los salaenos, orgenomescos, avariginos, blendios y coniscos en el litoral, concanos, coniacos, plentusios, tamáricos, vadinienses y vellicos en el interior. Algunos autores, como el historiador Eduardo Peralta Labrador, han querido justificar la mención de dos ciudades cántabras de las cuales se desconocen sus populi planteando la existencia de dos tribus más: noegos y moroecanos.
Los datos disponibles no permiten entrever organizaciones políticas superiores a cada clan, con lo que se ponen en duda las acciones conjuntas y sin traiciones contra Roma e incluso su homogeneidad cultural. Aunque no hay datos que lo confirmen, de ser así los cántabros habrían supuesto la única excepción dentro de los pueblos prerromanos ibéricos.[2]
Los cántabros pueden rastrearse documentalmente hasta el siglo III a. C. Es probable que se definieran como pueblo entre los siglos VIII y IV a. C. Durante la Edad del Bronce, por lo tanto, parece improbable hablar de un pueblo cántabro. Los hallazgos arqueológicos, por otra parte, señalan el siglo III a. C. como comienzo de un proceso de asimilación cultural celtibérica entre los cántabros.[3] El mayor hallazgo arqueológico de esta época desconocida es el castro de Los Baraones (Valdegama), en el núcleo del antiguo territorio cántabro, con 7 capas que van desde el 1200 a. C. hasta el 400 a. C.[3]